Hoja otoñal que vuela desgajada,
ya grávida de enigmas, desde el día
en que algo dictó su travesía
y de savia y destino fue colmada.
Festivo adiós y premio a la mirada,
cabriolas en el viento, algarabía
embriagada de ayer y lejanía,
breve canción del alma desterrada.
Hojas cayendo al borde de la vida:
oigo su adiós, su suave despedida
y el otoño fluyendo en las baldosas.
Cubren de marchitez lenta y festiva
Las veredas del alma pensativa,
La terca indiferencia de las cosas.
Th.M.Simpson, febrero 2013